Introducción
Las Ciencias Sociales en África han desempeñado un papel crucial en la comprensión y análisis de las dinámicas sociales, políticas, culturales y económicas presentes en el continente. La rica diversidad étnica, lingüística y cultural de África, junto con las complejidades históricas y contemporáneas, hace que las Ciencias Sociales desempeñen un papel vital en la contextualización e interpretación de las experiencias africanas. La historia colonial ha tenido un papel significativo en la configuración de las sociedades africanas, influyendo profundamente en las estructuras sociales y políticas. Las Ciencias Sociales en África se han dedicado a examinar y desmantelar las consecuencias del colonialismo, incluyendo sus ramificaciones en la actualidad, como las desigualdades socioeconómicas, las tensiones étnicas y las disparidades en el acceso a recursos y poder político.
Nuestro método fue la investigación científica con revisión bibliográfica y entrevistas (estructuradas y no estructuradas) con estudiantes y docentes de PALOPs. La Sociología es un área de conocimiento nueva en los jóvenes Países Africanos de Lengua Oficial Portuguesa (PALOPs), que también han tenido la creación de universidades como algo muy reciente. Su desarrollo pasa imperiosamente por buscar la cooperación con otros países. Brasil, con lengua y pasado en común, debería ser un actor privilegiado en esta cooperación, pero no es lo que se percibe. A pesar de que la etapa de desarrollo de esta área es diferente entre los países, se observan problemas y desafíos comunes. La experiencia brasileña en el campo de la Sociología, principalmente en lo que respecta a la institucionalización, ya sea en el contexto universitario o escolar, puede servir de estímulo e impulso para el desarrollo de las Ciencias Sociales en los PALOPs. El pensamiento decolonial nos inspira en la producción del artículo, ya que critica la perspectiva de la modernidad del conocimiento vinculada únicamente al pensamiento eurocéntrico o estadounidense. Países latinos y africanos no son considerados interlocutores relevantes en la construcción del saber.
El trabajo se inserta en la lucha contra la monocultura del conocimiento. Es necesario legitimar y dar voz a otros saberes. Democratizar el conocimiento. Desconstruir la educación. Es de esta manera que el pensamiento decolonial busca derribar la colonialidad del saber, que se mantiene con el desprecio por el conocimiento de los pueblos oprimidos e históricamente marginados en Brasil y África. Está en la “ecología de los saberes”, para traer el concepto del autor portugués Boaventura Sousa Santos, el diálogo entre los varios conocimientos que pueden considerarse importantes para los avances de las luchas sociales. Con ello, se buscan las epistemologías del Sur, que pueden definirse como un conjunto de conocimientos producidos y validados con base “en las experiencias de todos los grupos sociales que han sido sistemáticamente víctimas de la injusticia, la opresión y la destrucción” (Santos, 2019, p. 17) causada, entre otros factores, por el colonialismo.
La Sociología contribuye a la descolonización del conocimiento al desafiar perspectivas eurocéntricas y promover la inclusión de voces africanas en la producción de teorías y comprensiones sociológicas. Otro aspecto relevante es que, con el aumento de los movimientos democráticos en muchas naciones africanas, la Sociología desempeña un papel fundamental al analizar los procesos de democratización, participación cívica y gobernanza. También destaca la importancia que la Sociología en África tiene para entender las interacciones entre la educación y el desarrollo. Analizar el papel de la educación en la promoción de la igualdad, inclusión y desarrollo económico es un área de gran relevancia.
La Sociología en África está estrechamente vinculada al análisis de movimientos sociales y resistencia, desde los tiempos coloniales hasta los movimientos contemporáneos. Esto incluye la lucha contra la opresión, el racismo y la búsqueda de justicia social. En este contexto, también se incluye que este conocimiento facilita el diálogo intercultural al promover la comprensión mutua entre diferentes grupos étnicos, religiones y comunidades en África. Esto es crucial para fomentar la cohesión social y mitigar conflictos. África ha experimentado importantes cambios sociales, políticos y económicos a lo largo del tiempo. La sociología ayuda a documentar y entender estas transformaciones, proporcionando perspicacia sobre los impulsores y las consecuencias de los cambios sociales en la región.
En la primera parte del trabajo, se hará hincapié en las adversidades para desarrollar la sociología en los países africanos de lengua oficial portuguesa. Esta área del conocimiento es nueva en estos países y carece de una mayor institucionalidad. Cuestiones como infraestructura, financiamiento, persecuciones, colonialidad del saber, entre otros aspectos, estarán presentes. A continuación, la reflexión sobre la decolonialidad en el contexto africano. Inspirados en intelectuales como el brasileño Paulo Freire y Frantz Fanon (nacido en Martinica), los autores decoloniales señalan la necesidad de producir conocimiento con la mirada de África y del africano, evitando así la continuación de una colonialidad que piensa en el continente y su gente con la visión colonialista eurocéntrica. Y finalmente, las perspectivas de la Sociología en los PALOPs. En este último punto del artículo, se presentan resultados de las investigaciones, con posibles caminos a seguir para el desarrollo de esta importante área del conocimiento.
Metodología
Sociología en los PALOPs y sus adversidades
Enormes son los desafíos enfrentados por las Ciencias Sociales en el continente africano. El objetivo de la investigación es comprender cómo funciona la enseñanza de la sociología en los PALOPs y, con ello, cooperar en el intercambio de productos académicos, como conferencias, talleres, seminarios y material de investigación. El trabajo se está llevando a cabo, ya que es un proceso que requiere seguimiento.
La Sociología en los PALOPs está subvalorada y poco financiada en los países. Muchos proyectos de investigación son financiados por agencias internacionales, que determinan la agenda de estos estudios por cuestiones geopolíticas y estratégicas de estos países. Según la investigadora angoleña Cesaltina Abreu, la mayoría de los grupos y organizaciones de la sociedad civil en África dependen de la comunidad internacional para financiamiento, y hasta la aprobación de sus programas de acción, acabando por incorporar acríticamente conceptos y prácticas, sin la necesaria reflexión sobre su adecuación al contexto en el que se van a aplicar (2006, p.117). Según el sociólogo y profesor de la Universidad Lusófona de Guinea, Diamantino Lopes (2020), el Estado o Gobierno no invierten en la educación superior y la investigación científica, y este ámbito está cubierto por organismos internacionales, debido a la necesidad de profundizar en el conocimiento o comprender un fenómeno dado. Como destaca el filósofo africano Paulin Hountondji (2008), los propios científicos sociales africanos deben darse cuenta de que están llevando a cabo investigaciones orientadas por intereses externos, con la intención, en primer lugar, de satisfacer los intereses del Norte.
La fragilidad de la democracia y de las instituciones democráticas en África lusófona también impacta en la vida de los sociólogos. Son muchos los científicos sociales que se sienten perseguidos por el Estado, la sociedad y la familia. Según Lopes (2023), en la realidad de Guinea-Bissau, la persecución se manifiesta cuando la intervención se basa en críticas a la mala gobernanza, la corrupción o el nepotismo. Muchos científicos sociales optan por el silencio (o la autocensura) para evitar dichas persecuciones, dada la multiplicidad de riesgos que corren, entre los cuales se encuentra la pérdida del empleo e incluso la violencia física, como en el caso del periodista guineano António Aly Silva. No solo los profesores se sienten perseguidos o ven limitadas sus libertades, también hay informes de estudiantes que han querido abordar ciertos temas académicos. Se menciona el caso del entonces estudiante de Sociología Paulo Estefane, de la Universidad de Licungo, en Beira, quien se sintió cohibido de abordar la temática de Montesquieu sobre la división de poderes debido a la dificultad de trabajar ese tema en el contexto político de Mozambique, donde dicha división no es clara en la práctica (LEPECS, 2023).
Las infraestructuras de investigación son precarias y requieren mayores inversiones. Según la investigadora Maria Paula Meneses, las universidades dependen en gran medida de financiamientos internacionales para su funcionamiento, y las universidades estatales compiten en condiciones desiguales con las universidades privadas locales e internacionales, manteniendo así la condición periférica de las universidades públicas africanas como una realidad (2016, p. 350). Carlos Cardoso, investigador del Consejo para el Desarrollo de la Investigación en Ciencias Sociales en África (CODESRIA), con sede en Dakar, coincide con Meneses y destaca que estas instituciones de educación superior presentan una calidad dudosa, incluso con la falta de motivación de los profesores (2017, p. 91). El investigador señala que la participación de los investigadores africanos lusófonos en las actividades del CODESRIA, especialmente aquellas destinadas a los estudiantes de posgrado, es reducida. Esto refleja el escaso desarrollo del sistema de educación superior en general, así como el de las instituciones de investigación en Ciencias Sociales. La presencia lusófona en los programas del CODESRIA es de poca expresión (2017, pp. 94-97).
El impacto de las políticas neoliberales a partir de la década de 1990 también contribuyó al debilitamiento de la educación superior en los PALOPs. La reducción de costos en la educación afectó la calidad de la enseñanza y la investigación, así como los planes de estudio. Según la profesora e investigadora Teresa Cruz e Silva, en Mozambique, al igual que en otras universidades africanas, las reformas curriculares en las universidades públicas a fines de la primera década de 2000 impusieron y “vendieron” el Proceso de Bolonia como un medio inevitable para enfrentar las demandas de integración en los procesos más globales de los sistemas educativos. Estas reformas estuvieron marcadas por la marginación de los agentes sociales locales, con una consulta pública insignificante. El desafío de la autonomía académica se pone a prueba cuando las políticas neoliberales orientadas al mercado entran en juego en la educación.
Las producciones académicas africanas no son absorbidas por los gobiernos, y gran parte se publica en revistas occidentales. La fuga de cerebros es una realidad africana. Según Lopes (2020), el impacto es devastador, ya que Guinea-Bissau tiene personas formadas en diversos sectores de actividades dispersas por el mundo, sin poder contribuir al proceso de desarrollo. Aunque se discute en los foros académicos, según el profesor, no se observa una preocupación por parte de los dirigentes políticos.
Pensar en África desde la perspectiva occidental es un gran error. Los conceptos introducidos son producidos en Occidente. Es la colonialidad del saber la que se pretende combatir. Es fundamental que las Ciencias Sociales sobre África sean producidas por africanos.
La institucionalización de la Sociología en los PALOPs parece ser un gran desafío. Según el profesor Adérito Manuel del ISCED, la Sociología en Angola pasó de ser una disciplina ignorada y prohibida después de la independencia, a ser reconocida y promovida. A partir de 1991/1992 (Segunda República), la Sociología comienza a ser reconocida en Angola por el Estado democrático, por la proclamación de la Asociación Angolana de Antropólogos y Sociólogos (Costa, 1997, pp. 94-96), por la publicación de obras de investigación de sociólogos y otros científicos sociales en el espacio público, por convertirse en una de las disciplinas de los cursos de educación secundaria, por su institucionalización universitaria como disciplina, licenciatura, maestría y una especialidad en el doctorado de Ciencias Sociales, y por la participación de sociólogos en eventos científicos (nacionales e internacionales) (Kajibanga, 2009, pp.197-201).
Por otro lado, si bien el nacimiento de la Sociología en el país comenzaba a hacerse realidad, también surgieron dificultades. Adérito Manuel (2022) menciona las dificultades de acceso a las obras por parte de los docentes, incluyendo las obras didácticas. La producción sobre la enseñanza de la Sociología en las escuelas y universidades angoleñas es escasa, siendo muy difícil la elaboración de este material y con un costo muy alto. Las pocas revistas académicas que surgieron, como la Revista Angolana de Sociología, tuvieron una vida corta y duraron de 2008 a 2014. El profesor reconoce la falta de organización de la Sociología en el país, incluso en la búsqueda de cooperación con otros países. Según la docente Antonieta Ortet (2022), de la Universidad de Cabo Verde, la producción de material de enseñanza de Sociología en el país también depende de manuales provenientes del exterior.
Además de la falta de regularidad en la producción de revistas académicas de Sociología en los países lusófonos africanos, Cardoso señala que muchos estudios siguen siendo monográficos o etnográficos. Otros están llenos de datos empíricos y a menudo de números, sin una relación inteligible entre ellos o sin una lectura adecuada entre los datos. El investigador destaca que a menudo falta un marco teórico que fundamente el análisis (2017, p.102). Es necesario reforzar y crear más cursos de posgrado y perfeccionar los métodos de análisis y el respaldo teórico como instrumento de investigación. La escasez de actividades científicas en el campo de las Ciencias Sociales en los PALOPs debe ser motivo de preocupación.
Según el profesor angoleño Felipe Morais, las asociaciones científicas juegan un papel crucial en el desarrollo de la ciencia. El autor insta a un mayor esfuerzo por parte de los actores de la Sociología angoleña para asumir la responsabilidad de crear el ethos de la ciencia (2023, p. 81). En este sentido, es indispensable la presencia activa de los estudiantes en la construcción de esta institucionalidad. Así lo piensa la Comunidad de Estudiantes de Sociología de Angola (COESO). Según el actual presidente de la institución, António Arnaldo (2023), la COESO busca fortalecer las Ciencias Sociales, especialmente la Sociología, sin olvidar la interdisciplinariedad y complementariedad de las Ciencias Sociales a través de diversas actividades e investigaciones científicas.
Es importante alentar a los estudiantes a crear sus comunidades de Sociología en sus países y, quizás, de manera audaz, crear la Comunidad de Estudiantes de la Lusofonía, con el firme propósito de cooperación entre los países en el ámbito académico. Sin duda, esto tendrá un reflejo en la búsqueda de la institucionalización del área en las diversas realidades. Una agenda fundamental es la implementación de la Sociología escolar como disciplina obligatoria en la educación secundaria en los países. Está presente y se ofrece en Angola en todas las áreas de la educación secundaria como optativa. En Cabo Verde se ofrece en el área de Humanidades, en el duodécimo año de escolaridad. En Guinea-Bissau, la Sociología surge en el área de Ciencias Sociales y Humanas, también en el duodécimo año. En Mozambique, la Sociología no se ofrece en las escuelas del país. En Santo Tomé y Príncipe, la Sociología está presente en los últimos tres años de la educación secundaria. Se debe creer que, siguiendo el ejemplo brasileño, fortalecer la Sociología escolar es un paso importante para fortalecer el área del conocimiento en la educación universitaria.
También se reflexiona sobre el desafío, en gran medida, de la presencia de la “biblioteca colonial”, término introducido por Valentin Mudimbe (1988). Según el filósofo congoleño, la mayoría de los trabajos realizados sobre África reflejan referencias eurocéntricas, narrativas sobre el continente cuyas raíces se desarrollaron durante el período colonial. Estos conocimientos aún constituyen el núcleo duro del saber depositado en las bibliotecas y enseñado en las universidades de todo el mundo sobre los africanos y África. Según Mudimbe, estas obras y las representaciones que contienen contribuyeron a “inventar” África como un espacio de diferencia e inferioridad (1998, p. 208). Es necesario ampliar la “biblioteca africana”, con autores y autoras africanos que reflexionen sobre el continente y su diversidad.
La pensadora negra estadounidense bell hooks, en su libro Enseñar a transgredir (2019), defiende que la educación como práctica liberadora es aquella que se propone conocer lo que está “más allá de las fronteras de lo aceptable”, creando nuevas visiones. Para ello, una propuesta epistemológica que critica el pensamiento hegemónico y su pretendida universalidad, como la decolonial y su inmensa variedad interna, se presenta como un punto de partida fundamental en el intento de crear una educación que aumente la capacidad de ser libre (2019, p.13). De esta manera, en estas breves palabras, el artículo buscó reflexionar sobre importantes desafíos y algunos caminos que existen para consolidar la Sociología como un área del conocimiento relevante entre los Países Africanos de Lengua Oficial Portuguesa (PALOPs).
Pensar la decolonialidad en el contexto africano
Reflexionar sobre la labor del profesor e investigador, tanto en el entorno escolar como en el ámbito universitario, es una tarea importante para cualquier docente que busque mejorar su actividad laboral. Pensar constantemente en su práctica, buscar actualizarse es fundamental en su compromiso pedagógico, incluso cuestionando los contenidos impartidos y los currículos, que son decisiones políticas cargadas de ideologías.
De esta manera, cuestionamos cuál es el interés en deconstruir los currículos clásicos. Es importante dejar claro que entendemos la importancia de la dimensión política en el campo de la educación; por lo tanto, los currículos representan arenas políticas en disputa en lo que respecta a la construcción de contenidos. En otras palabras, la selección de temas y sus argumentos son objetos ideológicos relevantes. Así, es fácil percibir que el conocimiento producido fuera del contexto europeo/occidental nunca ha sido valorado ni en Brasil ni en los países africanos.
Incluso con las independencias africanas y los numerosos debates intelectuales, una perspectiva colonial sigue dominando la política del Norte global con respecto al continente africano. La investigadora Maria Paula Meneses (2016) afirma que una lectura detallada de este proceso permite ver que las políticas imperiales fueron, esencialmente, reformuladas, manteniéndose en esencia la concepción hegemónica del Norte sobre el Sur.
Siguiendo esta línea de pensamiento, el pensamiento decolonial nos ayuda a entender que los currículos son productos de un contexto histórico, con diferentes tiempos y espacios, y se producen muchas veces de manera desobediente (saberes, diálogos, emociones, por ejemplo). Si nuestra identidad lleva consigo memoria no solo individual, sino también colectiva, podemos entender que grupos subordinados como africanos, latinos y los pueblos originarios aún son vistos como bárbaros. Es decir, no modernos. La visión colonial persiste en forma de contenidos, currículos y en las prácticas educativas en el cotidiano educacional. Es la visión de la colonialidad del saber.
En su obra “Cartas à Guiné-Bissau”, Paulo Freire relata experiencias de sus visitas a ese país africano con el propósito de alfabetizar a la población local sin la perspectiva de la educación colonialista, “(...) porque Guinea-Bissau no parte de cero, sino de sus fuentes culturales e históricas, de algo bien propio, del alma misma de su pueblo, que la violencia colonialista no puede matar” (Freire, 1978, p.10). El propio autor también destaca que “(...) la educación colonial heredada, cuyo objetivo principal era la ‘desafricanización’ de los nacionales, discriminatoria, mediocremente verbalista...” (1978, p.15). Freire identificó en las luchas de liberación la emancipación política y también cultural del pueblo guineano. Así buscó superar el pasado opresor mirando hacia la propia realidad, múltiple y compleja, de la población de ese país africano. El silenciamiento de las memorias es consecuencia del colonialismo, lo que el autor pretendía combatir.
De esta manera, es necesario tener contra-narrativas. Buscar el equilibrio del conocimiento. Legitimar otros conocimientos. La educación debe combatir el prejuicio de cualquier tipo, y ¿cómo puede trabajar en esta deconstrucción si muchas veces se convierte en legitimadora de los currículos tradicionales? La tradición, en este caso, a menudo se folcloriza en los libros.
Algunas políticas públicas en Brasil surgieron y fueron importantes en este intento de deconstrucción. La Ley de Historia de África en las escuelas trajo elementos importantes para el entorno escolar, principalmente en términos de material didáctico, pero fue insuficiente y cambió poco la realidad en las instituciones. Otro ejemplo es la educación afrocentrada, que es un enfoque educativo que coloca la cultura africana y la experiencia afrodescendiente en el centro del proceso de aprendizaje. Este paradigma educativo busca incorporar y valorizar los conocimientos, la historia, las tradiciones y las perspectivas de las comunidades africanas y afrodescendientes.
Es necesario buscar otros saberes. Es fundamental no jerarquizar la inteligencia. Los conocimientos tradicionales, vistos como sentido común, reflejan la visión eurocéntrica, aún fuertemente persistente en el entorno educativo brasileño y también africano.
Democratizar el conocimiento. Deconstruir la educación. Es así cómo el pensamiento decolonial busca derribar la colonialidad, que se mantiene con el desprecio por el conocimiento de los pueblos oprimidos e históricamente marginados en Brasil y en África.
Es el racismo epistemológico el que se debe atacar. El conocimiento no europeo no debe ser inferiorizado. Está en la “ecología de los saberes”, para traer el concepto del autor portugués Boaventura Sousa Santos, el diálogo entre los diversos conocimientos que pueden considerarse importantes para los avances de las luchas sociales. De esta manera, combatiremos la hegemonía monocultural, de patrón único, androcéntrica (predominio de la cultura masculina) y vinculada a la blancura. Las voces subalternizadas deben ser reconocidas en el cotidiano, especialmente en el día a día de la educación. Esto se debe a que fácilmente percibimos rasgos de la colonialidad en el entorno escolar o universitario. Las epistemologías del sur son un conjunto de intervenciones epistemológicas que denuncian la supresión de las innumerables formas de saber y conocer propias de los pueblos y naciones que fueron sometidos al proceso de colonización (Santos y Meneses, 2009, p.13).
De esta manera, observamos una especie de genocidio cultural que silencia voces, narrativas, culturas y conocimientos. Es la idea de la epistemología del norte, la reproducción del saber de los vencedores ya sea en la escuela o en la universidad. Es la lectura eurocéntrica de la producción del conocimiento. Según Zulma Palermo:
Optar por una posición decolonial que ejerce resistencia ante ese estado de situación, implica localizarse en un lugar de indudable lucha intelectual y significa también la imprescindible necesidad de debatir con otras maneras de concebir la resistencia a la dominación por el poder. (Palermo, 2010, p. 50)
Se entiende que, para transformar la realidad, aconseja Mignolo (2008), es necesaria una “desobediencia epistémica” que cuestione los patrones hegemónicos de producción de conocimientos, que se han vuelto dominantes al marginar, silenciar y deslegitimar saberes diversos, como los de intelectuales africanos y latinos.
Existen resistencias que deben ser valorizadas, como ejemplos de educación antirracista, afrocentrada y políticas de cuotas de acción afirmativa en Brasil, la teoría de la decolonialidad que nació en los países latinos y los activistas sociales que están creciendo en los PALOPs. De esta manera, buscamos esa brecha decolonial, una fisura en el sistema que permite trabajar con otros saberes. Es en la lucha donde se produce el conocimiento de los vencidos.
Resultados y conclusiones
Perspectivas de la Sociología en los PALOPs
Como hemos visto anteriormente, a pesar de los avances, las Ciencias Sociales en África enfrentan desafíos significativos, incluida la falta de financiamiento adecuado, la infraestructura limitada y la necesidad de fortalecer las capacidades locales de investigación y enseñanza. Superar estos obstáculos es fundamental para fomentar una investigación sólida y relevante que pueda informar políticas y prácticas para el desarrollo sostenible y la justicia social en todo el continente africano.
Para el desarrollo de esta importante área del conocimiento, es fundamental una mayor cooperación entre los países a través de congresos, talleres y otros eventos académicos. El Congreso Luso-Afro-Brasileño es una iniciativa importante, pero aún no logra reunir a un número significativo de científicos sociales. Es fundamental invertir institucionalmente en investigación en humanidades. El número de encuentros entre sociólogos en los PALOPs es insuficiente. La expansión del conocimiento mediante la participación en un mayor número de eventos universitarios ciertamente aumentará el número de proyectos y productos académicos entre los países.
En este contexto, también es importante buscar un mayor apoyo del Consejo para el Desarrollo de la Investigación en Ciencias Sociales en África (CODESRIA) y fortalecer la experiencia de la Universidad de Integración Internacional de la Lusofonía Afro-Brasileña (UNILAB).
La experiencia brasileña en la obligatoriedad de la Sociología como disciplina curricular en la educación secundaria puede servir como un importante respaldo para el aumento de esta área del conocimiento en los PALOPs. A partir de esta obligatoriedad, se ampliaron las oportunidades de empleo para los docentes, la producción de material, los congresos y otras actividades académicas. La Sociología se fortaleció, incluso en el ámbito universitario. La mayor institucionalización de la Sociología en la África Lusófona también pasa por la expansión de esta área en la educación secundaria.
Los estudiantes tienen un papel fundamental en el fortalecimiento de las Ciencias Sociales en los PALOPs. Las experiencias de la Comunidad de Estudiantes de Sociología de Angola (COESO) y el Núcleo de Estudios Afrobrasileños del Enseñanza de Sociología (NEABES/UERJ) muestran lo importante que es luchar juntos. Buscar una mayor aproximación entre los estudiantes en el contexto de los países de habla portuguesa es fundamental y seguramente tendrá un impacto positivo en la calidad de los cursos.
Se puede afirmar con seguridad que hay una demanda creciente de investigaciones interdisciplinarias que aborden cuestiones complejas como la pobreza, la desigualdad, la gobernabilidad, el desarrollo sostenible y la justicia social. Con una inversión continua en educación, investigación y desarrollo institucional, es posible que estos países fortalezcan su capacidad para producir conocimiento relevante y soluciones innovadoras para los problemas locales y globales.
La cooperación entre los países de habla portuguesa también puede desempeñar un papel crucial en la promoción del intercambio académico y el avance de las Ciencias Sociales en la región. El intercambio de experiencias, la oferta de talleres y eventos, incluso con el intercambio de materiales y productos académicos, es parte de la cooperación. Es fundamental evitar la fuga de cerebros, dando prioridad a la valoración de la formación de profesionales.
La ampliación de la participación de la sociedad civil es fundamental para buscar la mejora de la democracia y la formulación de políticas públicas en educación. Los sociólogos africanos tienen mucho que contribuir en este sentido. En este punto, es necesario ampliar las libertades.
También es importante valorizar y preservar las lenguas nacionales, incluso con la perspectiva de la tradición oral, que sigue siendo una parte significativa de la herencia cultural en muchas comunidades africanas, destacando la diversidad y la riqueza de las formas de comunicación y transmisión del conocimiento, incluso en el ámbito educativo del continente.
La posibilidad de aprender en idiomas locales/nacionales es el paso más importante en la educación para desmarginalizar y desmitificar los saberes locales (Meneses, 2008, p. 356). A pesar de que el portugués es la lengua del colonizador, no debe ser menospreciado por su alcance global y sus diversas potencialidades. Los resultados obtenidos con la investigación contribuyen con hallazgos valiosos para la temática analizada, especialmente considerando la escasa investigación previa sobre el tema. Esto permite proporcionar información para abrir nuevas líneas de investigación.
La Sociología desempeña un papel fundamental en África, proporcionando una comprensión más profunda de las dinámicas sociales, los desafíos y las posibles soluciones para promover el desarrollo sostenible y la cohesión social. Sin embargo, se necesitan esfuerzos para lograr una mayor presencia de esta área del conocimiento en los planes de estudio de las escuelas y universidades. Este artículo busca alentar a los sociólogos de los PALOPs en esta importante iniciativa.