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Foncubierta-Rodríguez, M.J. y Sánchez-Montero, J.M. (2019). Hacia la felicidad laboral: Atender motivaciones y eliminar «temores digitales». Retos Revista de Ciencias de la Administración y Economía, 9(18), pp. 239-257. https://doi.org/10.17163/ret.n18.2019.04
1. Introducción
1.1. Estado de la cuestión
Con la llegada del nuevo siglo, y, sobre todo, de la actual década, un concepto que parecía incluso ajeno al contexto laboral ha ido tomando fuerza a través de los estudios realizados por expertos: el de la felicidad en el trabajo. Ya sea tratando directamente el «Happiness Management» (González-Díaz, 2018), como determinadas teorías, derivadas o complementarias de la misma, como «Happy-Performing Managers» (v. gr. Hosie et al., 2019), la literatura muestra que, tanto para empleados como para directivos, la conclusión es similar: personas más felices, con mayor bienestar emocional en el entorno de trabajo, muestran una mayor motivación para la realización del mismo; y ello acontece en empresas, pero también en organizaciones sin ánimo de lucro (Bashir et al., 2019).
Felicidad, satisfacción y motivación son términos distintos, pero claramente interrelacionados. La Real Academia de la Lengua Española (RAE) define la motivación como el estímulo o interés que determina en parte las acciones de una persona. Y, así, que el empleado se encuentre motivado a realizar su trabajo y a lograr los objetivos fijados, podría considerarse tanto una finalidad (Price & Reichert, 2017; Taipale et al., 2011; Baptiste, 2007), como un instrumento (Gaitán et al., 2015; Meyers et al., 2013; Zelenski et al., 2008, Chalofsky, 2003 en Arslan & Roudaki, 2019) del «Happiness Management».
Los estudios que en la última década han relacionado la gerencia de la felicidad en el trabajo con el rendimiento o la productividad (tesis del «Happy Productive Worker» de Wright and Staw, 1999[1], analizada ampliamente por Ledford, 1999[2]), sostienen una asociación, en determinadas condiciones, entre empleados más felices y un mejor resultado laboral (Moccia, 2016; López & Fierro, 2015; Fisher, 2010). Ello es especialmente importante en trabajos complejos que necesitan de soluciones creativas (Kang et al., 2016), lo que podría aplicarse al actual entorno digital.
En esta relación interviene también la motivación. Cropanzano y Wright (2001) concluyen que hay una alta asociación entre el estado de depresión, o poca felicidad, en el trabajo del empleado y la baja energía y motivación que muestre al realizarlo, llevándole a un escaso rendimiento. El nivel de desempeño laboral es el resultado de los comportamientos de las personas en el contexto social y motivacional en el que se realizan el trabajo organizacional (van Scotter & Motowidlo, 1996, en Hosie et al., 2019, p.10; Ravina et al., 2017). La relación es compleja y multivariante. Zelenski et al. (op. cit.) argumentan que en esa función han de entrar a valorarse emociones, personalidades, tareas, y motivaciones, entre otros factores.
El presente estudio parte de un modelo en el que la motivación es instrumento para el logro de la felicidad en el entorno laboral (figura 1). Se realiza un análisis exploratorio para detectar motivaciones y desmotivaciones en el actual contexto digital laboral, que oriente a la gerencia sobre a qué cuestiones prestar más atención de cara a lograr un paso más hacia la «Happy Company». Y ello, porque es papel fundamental de la gerencia mantener el equilibrio afectivo/emocional de sus equipos, detectando las inconformidades que puedan darse, las desmotivaciones, para procurar solventarlas o limarlas en lo posible (Goleman, 1995, en Romero-Rodríguez et al., 2019, p. 25) Y porque, como sostiene la RAE en una de las acepciones del término, la felicidad es la ausencia de tropiezos e inconvenientes.
1.2. La motivación laboral en la era digital y la Teoría de Herzberg
Diversas son las definiciones que en la literatura describen a la motivación. En sentido amplio, ésta se trata de un estado emocional que se genera en una persona como consecuencia de la influencia en su comportamiento de determinados factores (Koenes, 1996). En el ámbito empresarial, hace referencia al proceso que explica la intensidad, dirección y persistencia del esfuerzo de un individuo para alcanzar una meta, siendo la intensidad el esfuerzo puesto en la realización de la tarea, la dirección, hacia dónde apunta ese esfuerzo, a qué logro o meta, y la persistencia, la duración en que se mantiene el esfuerzo (Robbins & Judge, 2009).
Contribuye al grado de compromiso de la persona; es un proceso que ocasiona, activa, orienta, dinamiza y mantiene el comportamiento de los individuos hacia la realización de objetivos esperados (López, 2005, p.26).
El presente trabajo toma como base de referencia la «Teoría de la Motivación» de Herzberg et al. (1959). Son varias las investigaciones que han utilizado esta teoría como marco hasta nuestros días, en múltiples sectores o ámbitos profesionales (p.e., en Salud: Albohoseini et al., 2018, Petersen et al., 2017, Torkaman et al., 2017; en Educación: Verma & Sharma, 2018, Emiroglu et al., 2017, Escardibul & Afcha, 2017, Rizkallah & Seitz, 2017; en el Sector Público: Khoshnevis & Tahmasebi; en Hostelería: Cech et al., 2015), y en culturas diversas (Warrier & Prasad, 2018; Rahman et al., 2017). No obstante, son escasas aún las dedicadas al entorno laboral en la era de la digitalización. Miraz et al. (2016) realizan un análisis de rasgos en las websites de determinadas organizaciones, tomando el enfoque de la «Teoría de los Factores Motivacionales e Higiénicos» de Herzberg. Con el presente estudio se pretende contribuir, aun con sus limitaciones, a cubrir este gap en la literatura.
Herzberg habla de dos tipos de factores: aquéllos que crean motivación (motivacionales), y aquéllos cuya ausencia genera desmotivación (higiénicos). Entre los expertos, los términos motivación y satisfacción se mezclan a la hora de enunciar las bases de esta teoría (Khoshnevis & Tahmasebi, 2015). El efecto para la organización es que si ésta elimina los factores que crean insatisfacción, es decir, aporta únicamente factores higiénicos, ello no asegurará la satisfacción de sus trabajadores (Ghahremani et al., 2014).
La originalidad de este trabajo radica en que se añaden a los dos grupos de factores tradicionales, tanto motivacionales como higiénicos, algunos de nueva aparición, característicos de la era digital, y que, ineludiblemente, forman, o van a ir formando progresivamente, parte de las condiciones habituales del contexto laboral (figura 2).
Las tablas 1 y 2 muestran los ítems en que se han concretado los citados factores. Aunque se trata de un grupo limitado, se han debatido y perfilado con expertos consultados durante el diseño del cuestionario utilizado, en la fase de pretest, como aquéllos que se experimentan con mayor frecuencia en el nuevo entorno laboral.
2. Materiales y método
La investigación se centra en el tejido empresarial del arco de la bahía de Algeciras, zona de negocio internacional que alberga al segundo polo industrial español y el primer puerto del Mediterráneo en volumen de mercancías; fisionomía económica que obliga a una continua digitalización de los negocios principales y derivados, con sus ventajas e inconvenientes.
Se selecciona, de entre el tejido empresarial, una muestra de 180 entidades, por muestreo aleatorio estratificado. A cada empresa se le remite una carta de presentación del estudio, solicitándole su colaboración y garantizando el anonimato de los datos y su uso exclusivo para la investigación. La carta es dirigida a la persona responsable del departamento o área de Recursos Humanos, o afín, en el convencimiento de que será el área más sensible a la materia que se trata. De ellas, y tras un proceso de depuración, queda una muestra final de 114 elementos.
Se trata de un estudio exploratorio, basado en metodología cuantitativa. El instrumento para la recopilación de las percepciones de los trabajadores es un cuestionario diseñado ad hoc, pues, aunque la literatura ofrece diversos modelos para medir la motivación, el hecho de ubicarlo en un contexto digital supone una novedad. El cuestionario es previamente validado, en primer lugar, mediante pretest por expertos en Recursos Humanos, que asistieron en la depuración y el complemento de su redacción para una mayor consistencia e inteligibilidad, y, en segundo lugar, por la prueba de fiabilidad estadística Alfa de Cronbach, que resulta de 0.896, quedando validado, según acuerdo de la literatura, al ser superior a 0.7 (Corbetta, 2010).
A la persona a la que se dirige la carta se le solicita que traslade la misma y el propio cuestionario a dos empleados de su organización, sin poner condiciones en cuanto a edad, sexo, antigüedad, puesto, formación, departamento..., procurando no sesgar la muestra.
En el cuestionario las opiniones se reflejan a través de una escala de Likert, siendo 1 el valor mínimo posible, que implica «Muy en desacuerdo», y 5 el valor máximo, que supone un «Muy de acuerdo». Los datos son tratados con el software estadístico IBM SPSS.25.
Al participante se le plantea una serie de preguntas para definir su perfil sociodemográfico. Se tratan de variables cualitativas nominales, ya sean de carácter binomial (sexo) o multinomiales (edad, sector y tamaño). Para operar en el análisis de los mismos, se renombran las categorías, y, dado que la muestra apenas supera el centenar de casos, para algunas variables se agregan categorías a fin de que contemplen un mayor número de elementos. En la tabla 3 (1ª transformación) quedan indicadas dichas modificaciones.
3. Resultados
3.1. Primeros resultados
Todos los factores motivacionales propuestos consiguen puntuaciones medias por encima de 3, esto es, son aceptados como tales. Claramente destacan las motivaciones originadas por trabajar en «contextos de hibridación», con personas de distintas áreas de conocimiento, de distintas culturas, con distintos puntos de vista, y por disfrutar de una política formativa continua de actualización digital que la empresa plantee para sus empleados. Sus respectivas desviaciones típicas son las menores de todo el listado (tabla 4).
Los calificados como temores a «higienizar» presentan una mayor irregularidad. La posibilidad de trabajar con datos falsos, la falta de cercanía personal que conlleva el comunicarse a través de redes, el miedo a ser sustituidos por sistemas informáticos y máquinas y la despersonalización que puede acarrear la progresiva automatización de las tareas son los más temidos. Los factores relacionados con la falta de seguridad, el plagio, la no privacidad de la información particular, el sentir amenazado el empleo por la progresiva automatización y el riesgo de que la mercantilización de las tareas conlleve la pérdida de unidad del colectivo de trabajadores, muestran medias por debajo de 3. No obstante, un factor común en todos ellos es que también son elevadas sus desviaciones típicas, algunos participantes no los considera en absoluto como cuestión a temer, otorgándoles un 1, mientras que otros les conceden el mayor valor, 5.
Cabe, pues, plantearse, y en ello se centra el presente trabajo, si se dan comportamientos distintos entre las distintas categorías de las diferentes variables sociodemográficas, a las que se ha denominado variables de perfil. Esto es, si es posible asociar los temores «digitales» (variables dependientes, en su caso) a determinados género o edad, o a pertenecer a sectores económicos, o a colectivos de tamaños de empresas, donde éstos se puedan experimentar en mayor medida (variables independientes, o de control).
3.2. Estudio de asociaciones
En un primer paso se analizan las medias de las diferentes categorías de cada una de las variables de perfil (figura 3). Se observa que en las categorías de sexo las medias de los diversos factores son similares, prácticamente los perfiles gráficos se superponen. Para las dos edades codificadas, jóvenes y no jóvenes, parece vislumbrarse una clara diferencia en AMENAZA, más percibida por los jóvenes. También se puede comprobar en NOSEGURID, aunque más levemente. La diversidad es mayor en cuanto a las categorías de la variable Sector, donde cabe sospechar de diferencias en NOBIGDATA, NOSEGURID, NOPLAGIO, NOPRIVAC, AMENAZA y NOUNIDAD. Transporte y Educación parecen ser los sectores donde menores son dichos miedos; el sector Secundario y el de Servicios donde más. Con respecto al tamaño de la empresa, las de menos de 50 empleados son donde mayor es el temor medio a NODESPER, y de forma menos evidente en NOMIEDO y NOPRIVAC, junto con las PYME.
Comprobando las respectivas tablas de contingencia, se agrupan las categorías de las variables Sector y Tamaño para convertir a éstas en variables binarias. El proceso, lógicamente, se hace uniendo en un mismo grupo las categorías que han demostrado tener una distribución similar (tabla 3, 2ª transformación). A partir de esta transformación se realizan las pruebas de normalidad como elemento de partida de las medidas de asociación a utilizar. Para todas las distribuciones bicategóricas de las variables de perfil las pruebas de Kolmogorov-Smirnov y de Shapiro-Wilk, muestran que dichas distribuciones no son normales (sig.<0,05).
De los resultados obtenidos en el cálculo de las medias de las variables a «higienizar» para las distintas categorías se establecen las sucesivas hipótesis nulas, y sus respectivas hipótesis complementarias:
Sexo:
H01n: no se da asociación entre la variable Sexo y la variable NOMIEDO. Las medias de las distribuciones de sus categorías son iguales.
H11n: se da asociación entre la variable Sexo y la variable NOMIEDO. Las medias de las distribuciones de sus categorías no son iguales.
Se plantean similares pares de hipótesis con:
Edad: H02 y H12 (AMENAZA); H03 y H13 (NOSEGURID).
Sector:
H04 y H14 (NOBIGDATA); H05 y H15 (NOSEGURID); H06 y H16 (NOPLAGIO); H07 y H17 (NOPRIVAC), H08 y H18 (AMENAZA); H09 y H19 (NOUNIDAD).
Tamaño:
H010 y H110 (NODESPER); H011 y H111 (NOMIEDO); H012 y H112 (NOPRIVAC).
Para el contraste de estos pares de hipótesis obtenidos, se procede a realizar la prueba no paramétrica U de Mann-Whitney, que lleva a rechazar algunas de las hipótesis nulas, indicando asociación. Ello, junto a las tablas de contingencia, la prueba de Chi-cuadrado para el cálculo del coeficiente de correlación (ρ) y la estimación del riesgo (RR) conducen a unas primeras interpretaciones:
Sexo:
H11.3: se da asociación con la variable NOBIGDATA.
Chi-Cuadrado: confirma la significación estadística (Sig.<0,05): 0,042
Interpretación (RR): un hombre teme 2,952 veces más esta cuestión que una mujer.
H11.8: asociación con NODESPER.
Chi-Cuadrado:0,004
Interpretación: una mujer teme 3,241 veces más esta cuestión que un hombre.
Edad:
H12: asociación con AMENAZA.
Chi-Cuadrado:0,008
Interpretación: una persona joven (hasta 35 años) teme 2,968 veces más esta cuestión que una persona no joven.
Sector:
Aparece asociación con NOREDES.
Chi-Cuadrado: 0,008
Interpretación: una persona que trabaja en sectores que no sean los de Educación y de Automoción y transporte teme 2,879 veces más esta cuestión que una persona que trabaja en estos sectores.
H15: asociación con NOSEGURID.
Chi-Cuadrado: 0,000
Interpretación: una persona que trabaja en los sectores de Educación y de Automoción y transporte teme 5,882 veces más esta cuestión que una persona que no trabaja en estos sectores.
H16: asociación con NOPLAGIO.
Chi-Cuadrado: 0,002
Interpretación: una persona que trabaja en los sectores de Educación y de Automoción y transporte teme 3,428 veces más esta cuestión que una persona que no trabaja en estos sectores.
H17: asociación con NOPRIVAC.
Chi-Cuadrado: 0,014
Interpretación: una persona que trabaja en los sectores de Educación y de Automoción y transporte teme 2,684 veces más esta cuestión que una persona que no trabaja en estos sectores.
Tamaño:
H111: asociación con NOMIEDO.
Chi-Cuadrado: 0,009
Interpretación: una persona que trabaja en micro empresas o en pequeñas y medianas empresas teme 3,032 veces más esta cuestión que una persona que trabaja en una gran empresa.
H112: asociación con NOPRIVAC.
Chi-Cuadrado: 0,032
Interpretación: una persona que trabaja en una gran empresa teme 2,374 veces más esta cuestión que una persona que lo hace en micro empresas o en pequeñas y medianas empresas.
El número de participantes es un poco mayor que 100 en la muestra total, no así en las submuestras por categorías. No obstante, se adopta la decisión de realizar el contraste de hipótesis como si las distribuciones gozasen de normalidad, a través de la prueba t-Student de comparación de medias entre las distribuciones de cada variable de perfil. Los resultados son coincidentes para las variables Sexo, Edad y Sector, con ρ iguales o similares, que confirman la significación estadística. Para la variable Tamaño sólo se da coincidencia, esto es, la prueba sólo señala asociación, para la variable NOPRIVAC.
Se ha utilizado el riesgo, RR, como medida de cuánto más teme una de las categorías sobre la otra. Sin embargo, cabe profundizar en otro tipo de estudios, para confirmar o no, estas primeras conclusiones. Para ello, se recurre a medir la regresión logística binaria de cada variable dependiente según las primeras conclusiones para cada categoría de las variables de perfil o de control. Éstas han pasado, previamente, a «nominalizarse», tomando los valores 4 y 5 como «Sí teme», y el resto, 1, 2 y 3, como «No teme».
En lugar de las RR, en las regresiones logísticas se muestran las OR, esto es, la relación entre la oportunidad de que se dé el evento en el subgrupo codificado como 1 para cada variable de control, es decir, de que sus integrantes sientan temor a la circunstancia estudiada, frente a la oportunidad de que no se dé. Los coeficientes de correlación, r, las OR, los valores inferiores y superiores, así como el porcentaje de valores pronosticados con éxito (que coincidan con los reales) en el caso de integrar esa variable en un modelo de dependencia, o asociación, quedan expuestos en la tabla 5.
Para las dependientes: NOBIGDATA, en cuanto al Sexo, AMENAZA, en cuanto a Edad, NOREDES, en relación al Sector y NOMIEDO, en lo que respecta a Tamaño, sus márgenes inferiores y superiores, al no alcanzar la unidad, indican una reducción de la fuerza o posibilidad de las asociaciones que se están estudiando.
En la asociación de NODESPER con el Sexo la unidad no está contemplada en ese margen. Sin embargo, éste es relativamente amplio, de unos seis puntos. La variable tiene alta especificidad, pero baja sensibilidad: utilizarla para pronosticar la respuesta a la variable NODESPER acertaría el 100% de los valores cuando se tratara de mujeres, pero el 0% si se trata de hombres. Por tanto, no es una buena variable predictora. Esto mismo ocurre con otras posibles asociaciones.
En el caso de la dependiente NOSEGURID y su potencial asociación al Sector, sus r y OR coinciden con las obtenidas en las primeras estimaciones. El margen entre los valores inferior y superior es, no obstante, realmente amplio. Su capacidad predictora, aun siendo la mayor de todo el panel que se analiza -un 79,7% para los que pertenezcan a Educación, Automoción y Transporte, y un 60,0% para los que no pertenezcan a éstos-, sigue siendo, en general, bajo, del 70,2%.
Por último, en cuanto a la variable NOPRIVAC, se da prácticamente coincidencia de las medidas r y OR con las halladas en el estudio de la Chi cuadrado y la RR respectivas, para sendas variables de control, Sector y Tamaño. Sus márgenes son los más reducidos, con menos de cinco puntos de diferencia. Sin embargo, sigue dándose bajas capacidades de predicción en ambos casos. ¿Cabría entonces plantearse una modelización de esta variable en relación a las de control Sector y Tamaño? La reducida predicción no hace prever un modelo teórico acertado. Aún con ello, y teniendo en cuenta los posibles fenómenos de interacción y confusión con las otras variables de perfil, se procede a su estudio, pues establecer una ecuación para la motivación permitirá a los gerentes intervenir cuando el nivel de la misma lo demande (Quijano y Navarro, 2012).
3.3. Posible modelo por regresión logística para NOPRIVAC
En principio, el modelo debería contener sólo dos variables de control, las de Sector y Tamaño. Tras analizar las posibles interacciones entre Sector y Sexo, o Sector y Edad, y entre Tamaño y Sexo, o Tamaño y Edad, ninguno de los casos presenta una clara evidencia de interacciones. Se valora el incluir en la ecuación, o modelo, a la variable Sexo, pues el término de interacción Tamaño*Sexo es el único que presenta significación estadística (0.019).
Una vez tratada la interacción, se procede a estudiar la posibilidad de confusión entre las variables de control. Tras valorar el conjunto de recomendaciones que dan los expertos (Aguayo & Lora, 2007) para tomar una decisión al respecto (tabla 6) se concluye que la variable Edad produce confusión en la de Sector, por lo que se incluirá en el modelo a tratar.
En la tabla 7 se muestran los principales indicadores que evalúan la bondad de un ajuste realizado por regresión logística. A pesar de que ninguna de las propuestas crea un modelo que cumpla la totalidad de los mismos, es el tercero, es decir, una vez que, a las variables de control de partida, Sector y Tamaño, se les añade la que interactúa con Tamaño (Sexo) y la que origina confusión con Sector (Edad), el que más se aproxima.
Aunque la variable Sexo no presenta significación estadística, aun por muy poco, el resto sí, confirmando que explican a la variable dependiente NOPRIVAC. La mayor fuerza en esta relación la crea la variable Sector (Exp (B)= 3.891, la más alejada de la unidad, seguida de Tamaño (Ex(B)=2.598, que fueron las variables señaladas desde el inicio de este análisis como de mayor capacidad predictora para NOPRIVAC.
Observando el signo de B, el sentido de la explicación, o relación de causalidad, es que una persona no joven (de edad superior a 35 años) teme más esta cuestión que una persona joven; que las personas que no trabajan en los sectores de Educación y Automoción y transporte son las más temerosas en este sentido; y que las que lo hacen en las microempresas y PYME lo son más que las que lo hacen en las grandes empresas.
El modelo, no obstante, adolecería de una adecuada bondad en su ajuste, dados los reducidos porcentajes de pronóstico acertado, por lo que se decide no construirlo.
4. Conclusiones y discusión
El estudio muestra una clara aceptación de los factores motivacionales propuestos, y una discrepancia mayor en cuanto a la valoración de los «temores digitales», especialmente cuando se categoriza por sectores económicos.
En cuanto a las motivaciones, no se han encontrado estudios que hayan incluido cuestiones similares a las aquí planteadas, localizadas en la era digital. No obstante, investigaciones de los últimos años, como la de Shannon (2017), confirman que la comunicación honesta y abierta entre compañeros, así como el reconocimiento de la labor bien hecha, son dos de los motivadores más potentes (en este caso, en el sector público australiano). Ambientado en la tecnología, Li et al. (2004) habían utilizado la Teoría de Herzberg para medir el desarrollo del servicio de tratamiento de datos, tanto sus posibilidades económicas, como la aceptación de su utilidad por el mercado, en sus distintas fases. No trataron, sin embargo, los factores motivacionales o los factores a higienizar para un trabajador actual, en la era digital. Mucho más recientemente, Mamedov et al. (2019) se refieren a la importancia que tienen, en el deseo o la motivación de empleados y empleadores rusos y azerbaiyanos de desarrollar su propio capital humano y el de la empresa, las diversas visiones o características de las distintas generaciones de compañeros que conviven en la misma: Generación X, Generación Y (millennials) y Generación Z, en el marco de la Cuarta Revolución Industrial. Como característica de los tiempos actuales, Jarupathirun y De Gennaro (2018) analizan el nivel de rotación en el empleo en Bangkok, Tailandia, y, a través, igualmente, de la Teoría de Herzberg, relacionan éste con aspectos en el trabajo. Así, concluyen que la relación con los compañeros, el reconocimiento, la seguridad en el trabajo y la remuneración son los factores que más influyen a la hora de optar por abandonar una empresa. Mucho menor poder, en este sentido, tienen cuestiones como el logro, la importancia del trabajo, el crecimiento, la política de la compañía y las relaciones con supervisores. Abolhoseini et al. (2018) llegan a la conclusión de que la calidad en el trabajo, la responsabilidad asumida, la categoría del mismo, así como la seguridad y el salario resultan los motivadores de mayor valor entre los trabajadores consultados (terapeutas de rehabilitación en sector sanitario de Teherán). También en este estudio se manifiesta una clara relación entre la variable sociodemográfica edad y el nivel de motivación laboral. Por su parte, Warrier et al. (2018) enmarcan su análisis en una actividad laboral propia de la era digital, el sector de las TI (Tecnologías de la Información) concretamente en la India, descubriendo que, en contra de lo que la propia Teoría de Herzberg sostiene, los factores higiénicos juegan un papel más importante en la predicción de la satisfacción laboral en esta muestra, cuestión atribuida a las diferencias culturales frente a Occidente. Pero, de nuevo, los estudios, incluso los actuales, toman los factores tradicionales de la Teoría de Herzberg; no aportan, como lo hace este trabajo, posibles nuevos factores propios de la implantación de lo digital. Escardibul y Afcha (2017) incluyen en su estudio nuevas variables, propias del entorno, social y laboral, de un doctor universitario, pero ninguno relativo a la era digital.
En el presente trabajo se concluye que se produce asociación entre determinadas variables de perfil sociodemográfico y varios de los temores tratados, especialmente fuerte entre las variables que miden el sector y el tamaño de la empresa en cuanto al miedo a perder privacidad ante la conexión digital a través de redes en el trabajo. Intentado un posible modelo para representar esta relación, se decide descartarlo por deficiente ajuste en el pronóstico de los valores.
El trabajo no está exento de limitaciones. Así, los ítems no tienen una base firme en la literatura, dada la novedad del tema, aunque se ha solventado con la intervención de expertos, por lo que supone una limitación relativa. La muestra, aun superando la centena, está compuesta por un número reducido de participantes. Sería oportuno trabajar con muestras mayores, así como en otros territorios y en distintos momentos a lo largo del tiempo, para estudiar el posible cambio de comportamiento ante las mismas cuestiones. Por otro lado, al «nominalizarse» las variables cuantitativas en dos categorías: «Teme», o «No teme» se es consciente de la pérdida de parte de la información, aunque es el camino adoptado para poder realizar un análisis de regresión logística.
Además de lo ya señalado sobre similares estudios con otras muestras poblacionales, se propone un tratamiento alternativo de la información recabada, cual es el de un análisis factorial exploratorio de las variables, que las agregue en constructos de mayor información, y un consiguiente análisis factorial confirmatorio posterior; y ello tanto para los factores motivacionales como para los que requieren medidas higiénicas. La dependencia o asociación se realizaría en último lugar, partiendo de las nuevas variables fruto de dichos constructos.
No obstante, siendo una primera aproximación, resulta novedoso el aportar factores característicos del entorno digital laboral, y, en concreto, desde el enfoque de la Teoría de la Motivación de Herzberg. Estudios como éste pueden ser útiles a todo tipo de gerentes, pues es de suponer que todo gerente busca lograr un ambiente sano y motivador y activaría medidas «higiénicas» para paliar esos temores. Pero, sobre todo, servirá a aquéllos que plantean su labor desde el modelo del «Happiness Management», bajo la convicción de que eliminar insatisfacciones es parte del camino hacia un mayor rendimiento del conjunto.