1 Introducción
Los problemas ambientales se han convertido en un tema de gran interés a nivel global y de debate público en la literatura en los últimos años (Geng y He, 2021), especialmente porque el desarrollo de la sociedad no tiene que depender del agotamiento de los recursos naturales (Almeida y Wasim, 2023). En esta perspectiva, Emina (2021) consideró que el desarrollo económico de los países no solo debe estar sujeto a satisfacer las necesidades del presente, sino también a garantizar las necesidades de las generaciones futuras. Guo y col. (2020) recomiendan el uso de una combinación de políticas medioambientales y de innovación que permitan el crecimiento económico y empresarial a largo plazo. La ecoinnovación (EI) se perfila en la literatura como una de las alternativas que tienen las empresas para mejorar y reducir los efectos negativos que generan en el ambiente (Cai y Li, 2018), y puede ayudar a las empresas a mejorar el desempeño sostenible (DS) (García-Parra y col., 2022; Almeida y Wasim, 2023).
Además, diversos estudios han sugerido que la EI puede considerarse una solución alternativa a los problemas ambientales a nivel mundial (por ejemplo; Afshari, Searcy y Jaber (2020), García-
Granero, Piedra y Galdeano (2020), Han y Chen (2021) y Arranz, Arguello y Arroyabe (2021)), en particular porque cuando las empresas manufactureras adoptan innovaciones respetuosas con el medio ambiente se reducen los efectos negativos de la contaminación ambiental (García-Granero, Piedra y Galdeano, 2020; Arranz, Arguello y Arroyabe, 2021). De igual forma, Bitencourt y col. (2020) sugirieron que las empresas que priorizan el cuidado del medio ambiente en sus políticas pueden obtener un mayor crecimiento económico a largo plazo, razón por la cual deberían prestar más atención a los aspectos ambientales y de sostenibilidad (Muhammad, Long y Salman, 2020).
En este contexto, la EI es una de las estrategias empresariales más eficaces para proteger el medio ambiente junto con la DS (Porter y van der Linde, 1995), y desempeña un papel fundamental en el crecimiento económico de empresas y países (Yang y Yang, 2015). Por lo tanto, algunos gobiernos están generando una serie de regulaciones ambientales (RA) para promover que las empresas ambientales adopten la EI (Yuan, Ren y Chen, 2017; Yuan y Xiang, 2018). Sin embargo, los resultados obtenidos de los estudios que relacionan la RA, EI y DS pueden ser considerados como no concluyentes y abiertos a debate (Dewick, Maytorena y Winch, 2019), es por ello que este estudio contribuye a la literatura de la EI con la generación de nuevos conocimientos, además de que complementa otros trabajos publicados (You, Zhang y Yuan, 2019). Por lo tanto, este trabajo aborda la siguiente pregunta de investigación: ¿Cuál es la relación entre RA, EI y DS en la industria automotriz?
2 Materiales y Métodos
2.1 Normativa ambiental y ecoinnovación
Para reducir los impactos negativos sobre el medio ambiente y promover el desarrollo económico sostenible entre las empresas manufactureras, la administración pública interviene cada vez más a través del RA, para estimular a las empresas a adoptar medidas que mejoren el medio ambiente y la sostenibilidad (Xie y col., 2023), especialmente porque la RA es uno de los mejores instrumentos de política ambiental (Wang y Zhang, 2022). Además, la RA también puede motivar a las empresas a adoptar la EI, en particular las empresas manufactureras altamente contaminantes, como la industria automotriz, en los países de economías emergentes, donde la RA es generalmente muy baja (Wang, 2023), y se requiere la aplicación de la RA para mejorar las capacidades de la EI de las organizaciones (Xu, Zheng y Liu, 2020).
Recientemente varios estudios han explorado la relación entre la RA y la EI (por ejemplo; Liao y Tsai (2019), Wang, Font y Liu (2020), Frigon, Doloreux y Shearmur (2020) y Han y Chen (2021)), especialmente desde la implicación de la administración pública en la restricción de las regulaciones impuestas a las empresas y organizaciones para salvaguardar los ecosistemas (Sanni, 2018). Frigon, Doloreux y Shearmur (2020) y consideraron que la administración pública debería ser más rigurosa con las políticas ambientales y obligar a las empresas manufactureras a adoptar la EI para generar industrias libres de contaminación. En un estudio publicado recientemente, Han y Chen (2021) encontraron que las políticas de emergencias implementadas por la administración pública en Myanmar tuvieron un impacto positivo significativo en la EI de las empresas manufactureras.
Asimismo, la administración pública está generando RA cada vez más rigurosas, y está ejerciendo presión para que las empresas manufactureras cumplan con las cuatro RA esenciales: (1) regulación de emisiones de contaminantes al medio ambiente, (2) impuesto por descarga de contaminantes, (3) uso de energía renovable y, (4) inversiones de plantas en nuevos proyectos de mejora ambiental local (Xie, Yuan y Huang, 2017). Además, las administraciones públicas están promoviendo la adopción y la ejecución de las diferentes actividades relacionadas con la EI en todas las empresas de la industria manufacturera, con el fin de reducir significativamente tanto el consumo de energía y recursos como los niveles de contaminación y la generación de CO2 (Guo, Qu y Tseng, 2017; Liao, 2018). En este sentido, la EI es considerada hoy en día no solo como una de las mejores estrategias que ayuda a las empresas manufactureras a cumplir con la RA, sino también a generar una mayor DS (Shu y col., 2016; Wakeford y col., 2017).
Además, la EI inducida por el estricto cumplimiento de las exigencias ambientales no se limita únicamente a la innovación o al avance tecnológico de las empresas manufactureras, sino que también debe incluir la optimización de procesos, el diseño y la producción de productos y la aplicación de nuevos métodos de gestión y distribución de productos (Porter y van der Linde, 1995). Sin embargo, la mayoría de los estudios se han centrado en los efectos de la RA sobre la innovación tecnológica de las empresas manufactureras (Hojnik y Ruzzier, 2016; Costa-Campi, García y Martínez, 2017; Wakeford y col., 2017), y relativamente pocos estudios se han orientado en la RA sobre la EI de las empresas manufactureras (You, Zhang y Yuan, 2019). La RA puede promover la adopción de la EI entre las empresas manufactureras, a través de la aplicación de tres medidas elementales: prevención de la contaminación ambiental, gestión de productos ecológicos y desarrollo sostenible (You, Zhang y Yuan, 2019).
En este contexto, la RA desempeña un rol fundamental en el estímulo y la promoción de las empresas manufactureras, incluidas las que conforman la industria del automóvil, para intensificar las acciones en la reutilización y el reciclado de materiales en en la Industria Automotriz Mexicana la producción de productos más respetuosos con el medio ambiente, mediante la adopción de EI (Han y Chen, 2021), ya que esto permitiría no solo reducir los impactos negativos en el medio ambiente, sino también mejorar su nivel de competitividad (Wang, Font y Liu, 2020). Además, la RA impuesta a las empresas manufactureras para proteger el medio ambiente puede generar un aumento significativo no solo de la demanda de productos ecológicos, sino también puede estimular el desarrollo de técnicas innovadoras para mejorar el comportamiento medioambiental (Fernández, Torrecillas y Labra, 2021). Así, considerando la información presentada anteriormente, es posible plantear la siguiente hipótesis de investigación:
H1: La normativa medioambiental tiene importantes efectos positivos en la ecoinnovación.
2.2 Ecoinnovación y rendimiento sostenible
La literatura estableció que los factores internos como los recursos disponibles en las empresas, la estructura y las capacidades esenciales determinan en un alto porcentaje la implementación de la EI, mientras que la presión externa ejercida por los consumidores, los clientes, los grupos ambientales y la administración pública induce a las empresas manufactureras a ser más recursivas en la adopción de prácticas ambientales (Cai y Li, 2018). Además, estudios recientes han establecido que la EI tiene efectos positivos significativos en el DS de las empresas manufactureras (por ejemplo; Maldonado-Guzmán y Garza (2020), Almeida y Wasim (2023) y Michalski, Montes-Botella y Guevara Piedra (2023)), ya que la EI se considera hoy en día como un negocio estratégico que agrega valor a los clientes y empresas, que contribuye a mejorar tanto el DS como a reducir los costos e impactos ambientales (Tseng, Chang y Chen, 2021).
Asimismo, la EI puede sustituir los productos existentes en las empresas manufactureras por productos ecológicos más respetuosos con el medio ambiente, que generalmente reducen los impactos negativos para el medio ambiente (Cai y Li, 2018), y pueden mejorar la eficiencia de los recursos y las materias primas, reducir el desperdicio de materiales y reducir significativamente los costes asociados a la generación de contaminantes y CO2 por no cumplir con la RA (Cai y Li, 2018). Además, los productos EI pueden generar ganancias o beneficios adicionales que permitirán a las empresas manufactureras obtener los recursos económicos y financieros necesarios para desarrollar actividades de EI, y establecer una imagen corporativa de responsabilidad de cuidado ambiental, implementar una diversificación de sus ecoproductos y aumentar su cuota de mercado (Cai y Li, 2018). Además, las empresas manufactureras que han adoptado la EI suelen tener una mayor productividad por empleado, y una mayor productividad económica y de servicios especiales que las empresas que aún no lo han hecho (Hojnik y Ruzzier, 2016).
Además, muchos estudios han identificado diferentes factores determinantes en la adopción y aplicación de la EI, como la regulación (Han y Chen, 2021; Wasiq, Kamal y Ali, 2023), el apoyo gubernamental (Wang, Font y Liu, 2020), la presión administrativa (Long y col., 2020; Wang, Font y Liu, 2020), la presión del mercado (Chen y Liu, 2019; Wasiq, Kamal y Ali, 2023), los factores tecnológicos (Andersson, Moen y Brett, 2020; Wasiq, Kamal y Ali, 2023), y el desempeño empresarial (Yurdakul y Kazan, 2020; Geng, Lai y Zhu, 2021). Sin embargo, son relativamente pocos los estudios publicados que han explorado la influencia de la EI en el DS (Maldonado-Guzmán y Garza, 2020; Almeida y Wasim, 2023). Según Wang, Font y Liu (2020) y Wasiq, Kamal y Ali (2023), el apoyo gubernamental es esencial para fomentar la competencia y la promoción de las tecnologías innovadoras.
En los últimos años, ha habido un creciente interés por parte de los académicos a analizar y discutir sobre la adopción de la EI (por ejemplo; MercadoCaruso y col. (2020), Zhang y col. (2020), Fernández, Torrecillas y Labra (2021), Geng, Lai y Zhu (2021), Wasiq, Kamal y Ali (2023) y Almeida y Wasim (2023)). Uno de los factores clave en la adopción e implementación de la EI en las empresas manufactureras, incluida la industria automotriz, es el creciente interés que tienen los consumidores en la compra de productos respetuosos con el medio ambiente, que está estrechamente relacionado con el compromiso y el deseo de expresar identidad a través de la compra de productos verdes (Fernández, Torrecillas y Labra, 2021; Rana y Solaiman, 2022; Kautish y Khare, 2022), que alienta a las empresas manufactureras a aplicar prácticas de EI para mejorar sus productos, procesos y sostenibilidad de los sistemas de gestión (Afshari, Searcy y Jaber, 2020; Chang, Cheah y Amran, 2021).
En este contexto, la EI se clasifica normalmente en la bibliografía como una innovación relacionada con el medio ambiente (Wang, Font y Liu, 2020; Chang, Cheah y Amran, 2021), en particular porque se ha demostrado que la EI genera un impacto positivo en los niveles ambientales de las empresas manufactureras, como la rentabilidad (Kraus, Rehman y García, 2020; Achmad y col., 2023), el rendimiento social (Wang, Font y Liu, 2020) y DS (Singh y col., 2020; Al-Hanakta y col., 2023). Además, estudios recientes (por ejemplo; Han y Chen (2021) y Almeida y Wasim (2023)), sugieren que la RA puede alentar a las empresas manufactureras a implementar actividades de EI, lo que puede generar un mayor nivel de DS. Así, considerando la información presentada anteriormente, es posible plantear la siguiente hipótesis de investigación:
H2: La ecoinnovación tiene efectos positivos significativos en el rendimiento sostenible.
Para responder a las dos hipótesis de investigación establecidas, se realizó un estudio empírico en empresas manufactureras de la industria automotriz mexicana, analizando particularmente la relación entre RA, EI y DS. En la primera fase del estudio, se realizó un “Panel Empresarial” en el que participaron tres académicos del área de innovación y cinco empresarios de la industria automotriz y dos representantes de agencias gubernamentales relacionadas con la RA. Los resultados obtenidos en esta primera fase permitieron diseñar un cuestionario para recolectar la información. Se aplicó una prueba piloto a diez empresarios de la industria automotriz, realizando pequeños ajustes en la escritura, apariencia y ortografía. Los estudios piloto son esenciales para garantizar la validez cuando los cuestionarios se autoadministran o contienen escalas desarrolladas por el mismo (Bryman, 2016; Hair y col., 2016).
2.3 Diseño de muestra y recopilación de datos
El marco de referencia utilizado en este estudio fue el directorio de las empresas de la industria automotriz mexicana, que para el 30 de noviembre de 2019 había registrado 909 firmas pertenecientes a diversas cámaras empresariales locales, regionales y nacionales, por lo que el estudio empírico no se enfocó en un grupo o asociación empresarial en particular. Además, la encuesta para la recolección de información se aplicó a una muestra de 460 empresas seleccionadas por muestreo aleatorio simple, con un error máximo de ± 4% y un nivel de confiabilidad de 95%. La encuesta se aplicó de enero a marzo de 2020. Asimismo, se entregó el cuestionario al gerente de la empresa quien designó a las personas responsables de cada área para responder las preguntas que les correspondían, obteniendo información de los expertos de cada área de la organización.
2.3.1 Desarrollo de medidas
Pan y col. (2017), quienes consideraron que la RA puede medirse a través de 4 ítems. La medición de la EI corresponde a una adaptación de las escalas propuestas por Hojnik, Ruzzier y Lipnik (2014) y Segarra-Oña, Peiró y Payá (2014), quienes miden el EI a través de 4 ítems, los procesos EI a través de 4 ítems y la gestión EI a través de 6 ítems.
Finalmente, la medición de la DS representa una adaptación a la escala propuesta por Gadenne y col. (2012), quienes midieron este constructo a través de 5 ítems. Se eligió una escala tipo Likert de cinco puntos para lograr un equilibrio entre la complejidad para los encuestados y la precisión para el análisis (Forza, 2016; Hair y col., 2016). En el Tabla 1 se muestran los elementos de las cinco escalas utilizadas en esta investigación.
La medición de la RA es una adaptación a la escala establecida por Xie, Yuan y Huang (2017) y
Pan y col. (2017), quienes consideraron que la RA puede medirse a través de 4 ítems. La medición de la EI corresponde a una adaptación de las escalas propuestas por Hojnik, Ruzzier y Lipnik (2014) y Segarra-Oña, Peiró y Payá (2014), quienes miden el EI a través de 4 ítems, los procesos EI a través de 4 ítems y la gestión EI a través de 6 ítems. Finalmente, la medición de la DS representa una adaptación a la escala propuesta por Gadenne y col. (2012), quienes midieron este constructo a través de 5 ítems. Se eligió una escala tipo Likert de cinco puntos para lograr un equilibrio entre la complejidad para los encuestados y la precisión para el análisis (Forza, 2016; Hair y col., 2016). En el Tabla 1 se muestran los elementos de las cinco escalas utilizadas en esta investigación.
Debido a que los datos se recogieron mediante un cuestionario aplicado al mismo informante (gerente de la empresa), existe la posibilidad de que haya sesgos que podrían generar errores de tipo I (falso positivo) o tipo II (falso negativo) considerados en este estudio. La evaluación de la varianza se realizó a través del método común (CMV), siguiendo las recomendaciones de Podsakoff, MacKenzie y Podsakoff (2012). El método más utilizado por la comunidad científica y académica para verificar el posible efecto del CMV es la prueba de un factor de Harman (Podsakoff y col., 2003), que indica que todos los ítems de la muestra se midieron siguiendo un análisis factorial exploratorio (AFE), forzando la extracción a un solo factor (Iverson y Maguire, 2000; Aulakh y Gencturk, 2000).
Para verificar la idoneidad de los datos y el posible efecto del CMV, se aplicó un AFE utilizando el método de componentes principales y rotación varimax, encontrando un valor KMO = 0,85 y una prueba de Bartlett estadísticamente significativa (X= 6.567,05; p < 0,000). Si existiera algún inconveniente en los datos o en el CMV, el factor común extraído debería tener un valor superior al 50% de la varianza extraída (Podsakoff y col., 2003), pero el factor común extraído de la aplicación de la AFE es del 34,7%, que es muy inferior al valor recomendado, lo que indica la inexistencia de CMV, que no parece tener ningún efecto en las relaciones propuestas entre las variables (Podsakoff, MacKenzie y Podsakoff, 2012).
2.3.2 Confiabilidad y validez de las escalas de medición
Para evaluar la confiabilidad y validez de las tres escalas de medición se aplicó un Análisis Factorial Confirmatorio (AFC), utilizando el método de máxima verosimilitud con el apoyo del software EQS 6.2 (Bentler, 2005; Brown, 2006; Byrne, 2006). Por lo tanto, para la medición de la confiabilidad se utilizó el Índice de Confiabilidad Alfa y Compuesto (ICC) de Cronbach (Bagozzi y Yi, 1988), y de acuerdo con los resultados obtenidos en el AFC todos los valores de las tres escalas resultaron superiores a 0,7 para ambos índices, lo que evidencia la confiabilidad de las escalas y justifica su confiabilidad interna (Nunally, 1994; Hair y col., 2014). Además, como prueba de la validez convergente, los resultados de la AFC indican que todos los ítems de factores relacionados son significativos (p < 0,001), y el tamaño de todas las cargas de factores estandarizados es mayor a 0,60 (Bagozzi y Yi, 1988).
Los resultados de la aplicación del AFC se muestran en la Tabla 2 y sugieren que el modelo de medición proporciona un buen ajuste de los datos estadísticos (SBX2 = 776,804; gf = 2202; p = 0,000; NFI = 0,888; NNFI = 0,904; CFI = 0,916; RMSEA = 0,074). Además, la Tabla 2 muestra una alta consistencia interna de los constructos, en cada caso el Alfa de Cronbach supera el valor de 0,70 recomendado por Nunally (1994). El ICC representa la varianza extraída entre el grupo de variables observadas y el constructo (Fornell y Larcker, 1981), por lo que se considera deseable un ICC mayor a 0,60 (Bagozzi y Yi, 1988), y en este estudio este valor es significativamente mayor. Se calculó el Índice de Varianza Extraída (IVE) para cada uno de los constructos, resultando un IVE mayor a 0,50 (Fornell y Larcker, 1981), en este trabajo se supera el 0,50 en todos los factores.
Además, se midió la validez discriminante del modelo teórico de RA, EI y DS mediante dos pruebas, las cuales se presentan en la Tabla 3. En primer lugar, se presenta la prueba del intervalo de confianza. (Anderson y Gerbing, 1988), que establece que con un intervalo de confianza del 95%, ninguno de los elementos individuales de los factores latentes de la matriz de correlación tiene el valor de 1. En segundo lugar, la prueba de varianza extraída (Fornell y Larcker, 1981), que establece que la varianza extraída de cada par de constructos es menor que su IVE correspondiente. Por lo tanto, de acuerdo con los resultados obtenidos de la aplicación de ambas pruebas, es posible concluir que ambas pruebas son suficientes para determinar la existencia de la validez discriminante.
3 Resultados y Discusión
Para responder a las dos hipótesis planteadas en este estudio empírico, se aplicó un modelo de ecuaciones estructurales (MEE) con el apoyo del software EQS 6.2 (Bentler, 2005; Byrne, 2006; Brown, 2006), analizando la validez nomológica del modelo teórico de RA, EI y DS a través de la prueba Chi-cuadrada, mediante la cual se compararon los resultados obtenidos entre el modelo teórico y el modelo de medición, obteniendo resultados no significativos que permiten establecer una explicación de las relaciones observadas entre los constructos (Anderson y Gerbing, 1988). La Tabla 4 muestra los resultados obtenidos de la aplicación del MEE.
En la tabla 4 se muestran los resultados obtenidos de la aplicación del MEE y, con respecto a la hipótesis H1, los resultados obtenidos, β = 0,989 p < 0,001, indican que los RA tienen efectos positivos significativos en la EI de las empresas manufactureras. En cuanto a la hipótesis H2, los resultados obtenidos, β = 0,265 p < 0,001, indican que la EI tiene efectos positivos significativos sobre la DS de las empresas manufactureras. En resumen, se puede corroborar la existencia de una relación positiva significativa entre la RA, EI y DS.
Los resultados seleccionados en este estudio empírico tienen diferentes implicaciones tanto para los gerentes como para las empresas manufactureras. Los datos derivados de la aplicación de las 460 encuestas confirmaron la realización de un análisis general de la relación entre RA, EI (medios a través de ecoinnovación en productos, procesos y gestión), y DS en una industria en particular (industria automotriz mexicana), por lo que en futuros estudios estos tres constructos serán relevantes en estudios longitudinales o en casos de estudios de éxito. Sin embargo, desde el punto de vista de la evolución de la innovación, los resultados indican que el cumplimiento de la RA mejora las actividades de la EI de las empresas manufactureras (You, Zhang y Yuan, 2019; Dewick, Maytorena y Winch, 2019).
De igual forma, la RA permite a las empresas manufactureras no solo implementar actividades de ecoinversión y ecoplanificación en la EI de productos, procesos y gestión, como habían sugerido estudios previos (por ejemplo; Wakeford y col. (2017) y Guo, Qu y Tseng (2017)), sino que también facilita el cumplimiento de los objetivos de reducir los impactos negativos en el medio ambiente y reducir los riesgos humanos y ambientales (Severo, Guimarães y Dorion, 2018). Sin embargo, aunque la implementación de la EI está estrechamente influenciada por la RA y las regulaciones financieras, también es cierto que es importante que las autoridades gubernamentales reformen su sistema fiscal para promover la implementación de la EI entre las empresas manufactureras (You, Zhang y Yuan, 2019).
Además, se ha demostrado en la literatura que para que la RA sea más efectiva ésta tiene que ser rigurosa, flexible y ejecutable (por ejemplo; Ribeiro y Kruglianskas (2015)), porque esto permitiría una mayor implementación de la EI en las empresas manufactureras (Yang y Yang, 2015; Yuan, Ren y Chen, 2017), ya que la RA estimula la implementación de la EI porque reduce los costos para el cumplimiento (Dewick, Maytorena y Winch, 2019), a pesar de que el concepto de la EI es demasiado complejo y requiere la aplicación de los tres tipos de conocimiento (EI de productos, procesos y gestión) para obtener mejores resultados (Marzucchi y Montresor, 2017).
A pesar de que se ha proporcionado evidencia empírica de la relación positiva entre la RA y la EI de productos, procesos y manejo (por ejemplo; Cai y Li (2018) y You, Zhang y Yuan (2019)), existen pocos estudios que analicen y discutan la EI desde un punto de vista general, sin embargo, los resultados obtenidos en este estudio son consistentes y similares a los obtenidos en los estudios mencionados.
Por lo tanto, la RA promueve, entre las empresas manufactureras, no solo el desarrollo de las diferentes actividades de la EI de productos, procesos y gestión que son más respetuosos con el medio ambiente, sino que también la mejora significativa de DS (Hojnik y Ruzzier, 2016).
Las empresas manufactureras se encuentran cada vez más bajo presión de diferentes grupos ambientales, consumidores, proveedores, comunidades y sociedad en general para adoptar medidas más efectivas del cuidado del medio ambiente y el desarrollo sostenible, por lo que una de las alternativas que están considerando los investigadores, académicos y profesionales de la industria es EI.
Sin embargo, para que las empresas manufactureras contribuyan a reducir el cambio climático actual, se requiere el pleno cumplimiento de las exigencias ambientales del gobierno, ya que esto les permitirá reducir significativamente el uso de energía y materias primas (Fellner y col., 2017), residuos (Tisserant y col., 2017) y materias primas (Tisserant y col., 2017).
4 Conclusiones
Los resultados obtenidos en este estudio permiten obtener diferentes conclusiones, y entre las más
importantes están las siguientes. Una primera conclusión es el modelo teórico que se considera tiene una alta consistencia interna, generando una fuerte correlación entre los tres constructos analizados, lo que determina la aceptación de las dos hipótesis de investigación propuestas. Una segunda conclusión es el mismo modelo teórico utilizado que tiene una visión general de las principales actividades de la EI (ecoinnovación de productos, ecoinnovación de procesos y ecoinnovación de gestión). Una tercera conclusión es que son pocos los estudios publicados que han analizado y discutido la relación entre RA, EI y DS, en comparación con los estudios que se han orientado hacia la conceptualización (You, Zhang y Yuan, 2019), que desde nuestro punto de vista carecen de un aporte específico.
Una cuarta conclusión es que el análisis de la relación entre estos tres constructos importantes es un tema relativamente reciente en la literatura, a pesar de que la relación de estos tres constructos está ganando cada vez más atención en los investigadores, académicos y profesionales de la industria. Los resultados empíricos no son necesarios para establecer una relación total, por lo que es posible concluir que la relación entre RA, EI y DS es un tema inconcluso que está abierto a discusión (Yuan y Xiang, 2018). Una quinta conclusión es que el análisis de la relación entre los tres constructos analizados en este estudio empírico en países de economías emergentes, como es el caso de México, no se ha explorado en la literatura, por lo que este estudio aporta evidencia empírica y nuevos conocimientos de la relación entre los tres constructos.
Una sexta y última conclusión es que los resultados de este estudio empírico tendrán una implicación en la generación de conocimiento, tanto de estudios publicados previamente que analizaron los efectos de la RA y la EI (por ejemplo; (Yuan y Xiang, 2018; Dewick, Maytorena y Winch, 2019; You, Zhang y Yuan, 2019)), como de aquellos estudios que analizan la relación entre la EI y el DS (por ejemplo; Gou2017; Yuan, Ren y Chen (2017) y Cai y Li (2018)) incorporándolos a un modelo que analiza simultáneamente los cuatro tipos de RA y los tres tipos de EI más citados en la literatura, lo que permite concluir en términos generales que la RA sí permite un aumento significativo de la EI.
Este estudio tiene diferentes limitaciones que deben considerarse antes de analizar e interpretar los resultados obtenidos. Una primera limitación de este estudio es el uso de las escalas de medición de RA, EI y DS, ya que estos tres constructos importantes se midieron a través de indicadores subjetivos obtenidos de la encuesta. Por lo tanto, en futuros estudios será necesario incorporar algunos datos objetivos de las empresas manufactureras (por ejemplo, certificaciones totales en normas internacionales y nacionales, monto del pago de impuestos por emisiones de gases contaminantes, cantidad de EI realizada, porcentaje de uso de energía renovable, porcentaje de uso de agua tratada), para verificar si los resultados obtenidos difieren o no de los obtenidos en este estudio.
Una segunda limitación es que la RA y la EI (EI de productos, procesos y gestión) pueden tener mejores resultados si se analizan y discuten de manera desagregada, o si se incorpora una variable moderadora en el análisis de las características particulares de las empresas manufactureras (por ejemplo, tamaño, subsector, ubicación), o de los gerentes (por ejemplo, liderazgo, experiencia, habilidades). Por lo tanto, en futuros estudios será necesario utilizar algunas variables que moderen los efectos que ejerce la RA sobre la EI, y esto en su opinión sobre la EP, para corroborar si los resultados obtenidos difieren de los resultados encontrados en este estudio.
Una tercera limitación es que este estudio consideró solo cuatro tipos de RA y los tres tipos de EI más citados en la literatura, por lo que en estudios futuros sería necesario considerar otros tipos de EI (por ejemplo, marketing, tecnología, sistemas), para corroborar si los resultados obtenidos son similares a los obtenidos en este estudio. Una cuarta y última limitación de estos resultados es que las encuestas se aplicaron solo en las firmas manufactureras de la industria automotriz mexicana, por lo que en estudios futuros sería conveniente aplicarlas en otros sectores para corroborar si los resultados obtenidos difieren o no de los resultados obtenidos en este estudio.